Nutrición en Hepatopatías
- Tucoconut.com
- 20 mar 2019
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Existen diferentes tipos de hepatopatías, afectando a las funciones fisiológicas que dependen del hígado. La etiología de enfermedad hepática es muy diversa, pueden ser causadas por toxinas (alcohol, medicamentos, aflatoxinas, etc), causas metabólicas (obesidad que deriva en hígado graso no alcohólico, enfermedad de Wilson, hemocromatosis, etc), infecciones (virus de la hepatitis A, B, C, E o infecciones bacterianas), causas inmunológicas (hepatitis autoinmune, cirrosis biliar primaria, colangitis esclerosante primaria, sarcoidosis). La mayoría de ellas tienen una repercusión en la alimentación del individuo y por tanto en su estado nutricional. Además, pueden predisponer al padecimiento de una lesión hepática aguda con insuficiencia hepática
secundaria (consistente en deterioro de la síntesis hepática y signos de hipertensión portal). Dicha situación, puede progresar al desarrollo de una cirrosis hepática y a una hepatopatía terminal o descompensada e incluso un hepatocarcinoma.
Recientemente se ha descrito una nueva entidad para describir el fallo hepático agudo, denominado en inglés ‘acute on chronic liver failure’. Es un síndrome caracterizado por una
descompensación cirrótica aguda (ascitis, encefalopatía, hemorragia gastrointestinal y/o infección bacteriana) con fallo orgánico (hígado, riñón, cerebro, coagulación, circulatorio y/o respiratorio) y con una supervivencia extremadamente escasa (en torno a 28 días en el 30-40% de los casos). Se produce en contexto de una inflamación sistémica, su severidad se relaciona con el número de órganos que fallan y con la mortalidad.
La mayoría de las enfermedades hepáticas tienen una repercusión en la alimentación del individuo y por tanto en su estado nutricional, ya que afectan a una de las funciones prioritarias de este órgano como es el metabolismo de los carbohidratos, proteínas y lípidos.
La enfermedad por hígado graso no alcohólico es el trastorno hepático más
prevalente, especialmente en los países occidentales afectando a un 17-46% de los
adultos, La lesión hepática se puede caracterizar por la severidad del daño, destacando la presencia de otras manifestaciones colaterales como las varices esofágicas, la hipertensión portal, la ascitis y la encefalopatía hepática.
En la enfermedad hepática, la desnutrición está infradiagnosticada y sin embargo se asocia con una disminución de la supervivencia. En torno al 75% de los pacientes con enfermedad hepática sufren malnutrición, con pérdida de los depósitos de masa muscular y energía, por lo que tiene especial relevancia. La instauración precoz de medidas para evitar y tratar la desnutrición es prioritaria, debiéndose ajustar el tratamiento a las recomendaciones nutricionales de cada paciente.

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