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Diabetes Mellitus

El termino Diabetes Mellitus (DM) describe varias enfermedades del metabolismo

anormal de carbohidratos que se caracterizan por la hiperglucemia crónica. Esta

enfermedad se debe a un déficit relativo o absoluto en la secreción de insulina,

junto con diversos grados de resistencia periférica a la acción de la insulina. Su

diagnóstico se basa en una de las cuatro alteraciones siguientes: hemoglobina A1C

(A1C), la glucemia en ayunas (FPG), la glucosa elevada al azar con síntomas, o valores

anormales en la prueba de sobrecarga oral de glucosa. (SOG)

La DM es un problema creciente de salud pública en todo el mundo. En el año

2003, afectaba a 194 millones de personas en el mundo, y se espera que esta cifra

se duplique en una sola generación, hasta llegar a los más de 330 millones en el

año 2025. En los EEUU entre 1976 y 1988, la prevalencia entre personas de 40-74

años, ascendió del 11,4% al 14,3%. En España se dispone actualmente de datos

validados acerca de la prevalencia de DM2 en varias comunidades autónomas. De estos enfermos, el 45,8% desconocen padecer la enfermedad.

A parte de la importancia en cuanto a frecuencia, se debe considerar la DM2 no

sólo como una enfermedad en la que está alterada la glucemia, sino también como

una patología en la que confluyen otros factores de riesgo cardiovascular como la

obesidad, la dislipemia y la hipertensión arterial.

El tratamiento de la diabetes es muy complejo. Este incluye terapias, farmacológicas,

tanto orales como la insulina y en ocasiones se recurre también a la cirugía. A parte

del manejo farmacológico o quirúrgico, no se debe olvidar que hay que incluir el

soporte nutricional para mejorar el control glucémico. El manejo nutricional de

la enfermedad no sólo implica el aporte de nutrientes sino una terapia

que está dirigida a disminuir la frecuencia y la gravedad las complicaciones del

paciente.

La dieta junto con el ejercicio físico y el cambio crónico de los estilos de vida conforman la base del tratamiento de la diabetes mellitus. Un abordaje adecuado de estas herramientas puede llegar a suponer un descenso de hasta un 2% de los niveles de glicosilada y por tanto una disminución importante de las complicaciones.

Como en muchas patologías no existe una dieta general que se pueda aplicar al paciente diabético, esta debe adaptarse dependiendo el tipo de paciente en particular. Los factores que se debe tener en cuenta a la hora de ajustar la dieta son la edad, el peso, el sexo del paciente, el control glucémico, el objetivo del control glucémico, los fármacos que lleve el paciente, el perfil lipídico, las patologías asociadas, las complicaciones que haya sufrido etcétera. Es importante no olvidar que estas medidas deben ser adaptadas a sus gustos personales familiares y culturales.



 
 
 

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